miércoles, 27 de octubre de 2010

PERROS COMO PERSONAS, PERSONAS COMO PERROS.





Estos días he estado haciendo horas de hospital acompañando a un enfermo.

Ni el hospital, ni el enfermo, eran comunes y las situaciones allí vividas tampoco.

Hablo de un hospital de perros, esta en Madrid y es un auténtico hospital. Por lo pronto a los veterinarios les llaman doctores y a los perros por su nombre, como a un paciente común. Este hospital -de perros- está mejor que muchos Centros de Salud de Andalucía; eso seguro.

Y la verdad es que me ha llamado la atención. ¡Ah! Ahora entiendo la expresión: Aquí huele a perros muertos, y no es nada agradable.

El hospital goza de todo tipo de comodidades : Tienda de animales, peluquería, quirófano, sala de pacientes en recuperación, área de rehabilitación, ¡con su fisioterapeuta y todo! y área de hospitalizados, para los que hacen noche allí, porque muchos necesitan atención 24h.

Todo para sus perrunos pacientes, que cuando entran allí, son tratados como auténticas personas; biopsias, transfusiones, tratamientos y esperanza.

Yo he sido una de las personas que ha llevado a su perra. Bueno, no era mía, pero yo así lo sentía, pues pasaba mucho tiempo con ella, y además, me quería mucho.

Tuvimos que llegar de urgencia, ser atendidos, hacerle una placa y mostrar resultados. La obligación fue ingresar a la linda perrita Trufa, y así fue. La dejamos allí para ver si le salvaban la vida.

Despedirse de ella era todo un reto. Ver su cara de pena lo hacía todo aún más difícil si cabe. Un Basset Hound, toda una joya canina, y ,desde luego, esta lo era.

Durante varios días fuimos a visitar “a la paciente”. Horario de visitas de 11 a 19h, todos los días.

En la sala , mesas-cama con mas pacientes peludos, todos ellos rodeados por un séquito de familiares que lo cuidan y se turnan para mimar al animal, como eso, como a una persona. Ríen y lloran gracias a él.

Es una alegría cuando sale la tuya moviendo el rabo y contenta porque estas allí, te la sacan andando si puede, y enganchada a una botella de suero o lo que toque. También da pena.

Esta feliz cuando estas a su lado. La tapas, la cuidas, llamas a la enfermera, empeora , mejora y en fin, mantienes la esperanza de que saldrá de allí para venirse a casa.

Pero, desgraciadamente no fue así y a la tercera noche llegó la última llamada.

Era la perra mas bonita y chula del lugar, allá por donde iba llamaba la atención, no había un paseo sin que nadie le dijera algo, se había hecho la dueña de Fuencarral.

Fue simpática, cariñosa y muy traviesa, aunque ahora, ya mas enferma, se quedó en simpática, cariñosa y buena, buena como ella sola, nunca se quejaba de dolor. Nos hacía reír y disfrutar. Y ya tenía aprendido todo lo que un perro tiene que aprender.

La compañía que daba y el cariño que desprendía Trufa, era diferente a todo. Parece mentira. Fue especial su llegada y ha sido especial su despedida. Solo tenía 2 añitos y recién cumplidos, extraña fue su enfermedad y más aun su tempranero e injusto adiós.

Tuvo el amo que más la pudo querer y cuidar del mundo.

Ahora dejó su correa sin vida y sus múltiples cunas, comida sin hacer y mucho cariño por dar y recibir. Todo son recuerdos ¡ vaya un vacío que ha dejado! Irrepetible Trufa.

Las fotos son: La primera y tercera de hace una semana y la segunda de este verano.